domingo, 18 de diciembre de 2011
Los viajes marítimos en la Edad Media así como en otras épocas del pasado eran siempre una aventura. Los hombres de mar tenían un grandísimo respeto por el mar. Por el mar venía la riqueza a través de la pesca y del comercio, pero también los piratas y los naufragios que truncaban vidas y fortunas. Por eso no era raro que muchos mercaderes antes de partir dictaran testamento, o que las embarcaciones y marinos llevaran el nombre de santos
protectores.
protectores.
Durante casi toda la Edad Media, los conocimientos europeos de navegación se reducían al mar Mediterráneo, el mar del Norte y las zonas costeras del Atlántico. Las técnicas de navegación eran muy rudimentarias, por ejemplo, el rumbo se mantenía mediante suelta de pájaros embarcados y la brújula no se introdujo hasta el 1200 aproximadamente.
Unos hechos de gran trascendencia desde el punto de vista náutico aparecen en la primera parte del siglo XIII; se trata del empleo del timón de codaste en el gobierno de las embarcaciones y de la introducción de la vela latina en el aparejo, lo cual permitía a los buques navegar en contra del viento por medio de bordadas sucesivas. A todo esto hay que sumar la introducción de la ya mencionada brújula. También cabe destacar el perfeccionamiento de los mapas (por ejemplo la carta Pisana del siglo XIII).
Las embarcaciones de la Edad Media normalmente se clasifican según su fuerza motriz así podemos encontrar:
MOVIDAS A REMO.
- Las Galeras. Existen muchos tipos: galera grzresa, la galera bastarda, la galera sutil, la turida, la galeaza y la firstu; y la de los leños y barcas, en la que se incluye también el laúd. Muchas se usaban desde hacía siglos.
Era el típico barco de guerra Mediterráneo que sirvió también para el comercio. Era largo y estrecho, de bajo bordo, con proa muy afilada, que enarbolaba velas latinas y utilizaba como propulsión los remos, en número variable.
MOVIDOS A VELA
1- Las Carracas: con la necesidad de aportar a los buques mayores tonelajes, surgieron las carracas, barcos que exigieron mayor superficie vélica, tanto que los constructores se vieron obligados a subdividir el paño o velas para hacerlas más manejables, naciendo por esta razón la gavia, vela que se izaba por encima de la cofa, con los puños de escota que se hacían firmes en los extremos, braceándose todas al mismo tiempo.
2- -La Naos: fueron diseñadas pensando en travesías prolongadas y en las difíciles condiciones de navegación del Atlántico. Las carabelas y las naos tenían una combinación de velas cuadradas (de origen oriental) y triangulares (vela latina, que permitía navegar contra el viento), un timón largo y una quilla curvada y alta, que proporcionaba mayor seguridad y fortaleza al barco. Las nâos estaban dotadas de un mayor número de velas triangulares.
3- Las Carabelas: Se trata de un barco de origen portugués. Una característica que destaca en la definición de carabela, es que era un navío largo y angosto. Es, por tanto, interesante conocer, cuales son las relaciones entre las dimensiones principales del buque. La carabela es producto de la síntesis del modelo nórdico, que se conoció a mediados del S. XIV, con los barcos que se usaban en el Mediterráneo. Fue perfeccionada por la escuela de navegación portuguesa, fundada en Sagres por Enrique el Navegante.
4. Las cocas: de origen atlántico, se caracteriza por los altos castillos de proa y popa, pudiendo tener más de una cubierta. Este tipo de embarcación evolucionarán hasta las carracas vistas con anterioridad.
Entre las mercancías que se transportaban en estas embarcaciones durante la Edad Media, se pueden clasificar las hierbas y especias en dos grupos, las que modifican, tanto el sabor, como el aspecto de los alimentos, en este grupo estarían el azafrán, la canela, el tomillo y el romero, entre otros; y las que excitan el paladar, entre las que se encuentran la pimienta, el pimentón, la nuez moscada y las diversas variedades de chiles. Se solían intercambiar por lanas, metales, maderas y manufacturas textiles y componentes del petróleo, de las propias ciudades italianas. Se logró que de nuevo llegasen a Europa la pimienta, el cardamomo, la canela, la nuez moscada y el azafrán.
LOS PUERTOS.
En la Edad Media el término puerto se refiere más a un lugar que a una realidad material, ya que la ausencia de infraestructuras portuarias fue normal en muchas ciudades costeras bajomedievales. No abundando los buenos puertos naturales en el Mediterráneo (Cartagena, Mahón, Toulon, etc.), las embarcaciones varaban en la orilla incluso en los puertos importantes mientras que las de mayor calado fondeaban a cierta distancia de la misma, trasladando las mercancías a tierra tirme con barcas de poco calado, gracias a un nutrido cuerpo de barqueros y gondoleros. Los puertos artificiales fueron poco numerosos.
LA TRIPULACIÓN DE LOS BARCOS
Al frente de la explotación de la embarcación está el patrón, cuyas funciones eran más amplias que las simplemente técnicas, ya que se convertía de alguna forma en el jefe de administración de una empresa, actuando en nombre de los propietarios y responsabilizándose de cualquier contingencia.
El escribano que llevaba un libro de registro donde se reflejaban todos los ingresos y gastos. Vigilaba la carga y descarga de las mercancías, anotaba los salarios pagados al resto del personal, compraba cuanto era necesario para el abastecimiento del buque.
La tripulación se dividía en dos grupos diferenciados: el primero estaba formado por los marinero y los companyons, encargados de la defensa de la nave en caso de ataque. El segundo, por el personal especializado (patrón, escribano, senescal, guardas, barbero-cirujano, cocinero, trompeteros, pilotos, carpinteros y calafates).Es la pobreza y la desesperación lo que empuja a este oficio. También fue importante la tradición familiar.