domingo, 16 de enero de 2011
Ante la falta de hombres en retaguardia, las mujeres desempeñaron un papel fundamental en las sociedades de principios del siglo XX.
En total 1.345.000 mujeres obtuvieron nuevos trabajos o sustituyeron a los hombres durante la guerra. Asimismo, se las contrataba para trabajos que antes se consideraban más allá de su “capacidad”. Incluían ocupaciones como deshollinadoras, conductoras de camiones tareas agrícolas y, sobre todo, obreras fabriles de la industria En Francia, por primera vez 684. 000 mujeres trabajaron en las fábricas de armamento; en Gran Bretaña, la cifra fue de 920 000. En Alemania, 38 por ciento de trabajadores de la fábrica de armamentos Krupp estaba compuesto por mujeres en 1918.
Al finalizar la guerra, los gobiernos se dispusieron con presteza a desplazar a las mujeres de los trabajos que, con anterioridad, las había alentado a asumir. En 1919 había 650.000 mujeres desempleadas en Inglaterra, mientras que los salarios de las que aún trabajaban disminuyeron. Los beneficios del trabajo para las mujeres, debidos a la Primera Guerra Mundial, al parecer, tuvieron corta duración.
Los derechos políticos de las mujeres eran inexistentes, incluso en las democracias más avanzadas, que estipulaban el sufragio universal’ sin incluirlas. A mediados del siglo XIX se inició un movimiento feminista protagonizado por personalidades artísticas, científicas y políticas, que luchaban por la igualdad y por la obtención del voto femenino. Entre los partidos políticos, los socialistas levantaron las banderas de la igualdad. Pero eso es otra historia.
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