domingo, 14 de junio de 2009
Frederic Kanouté en el Sevilla, Diarra en el Madrid, Javad Nekounam en el Osasuna, Moha en el Espanyol, Eric Abidal y Touré Yayá en el Barça son algunos de los musulmanes confesos de la Liga. Algunos lo son por tradición familiar, otros por decisión propia, convirtiéndose a la fe de Alá ya siendo adultos. Unos lo seguirán a pie juntillas o casi por convicción o gracias a una lesión. Otros o no son practicantes o se concederán una bula para que el mandato religioso no afecte a su esfuerzo físico. El Ramadán obliga, entre otras cosas, a no beber ni comer durante las horas de sol con todo lo que eso supone de debilitamiento físico si se ha de entrenar una o dos veces al día. Sólo de noche, y mientras "no se pueda distinguir un hilo blanco de un hilo negro a la luz del día" pueden comer y recuperar fuerzas. "Soy musulmán", proclamó Touré Yayá cuando llegó al Barça para dejar sentado que cumpliría con los preceptos del ayuno siempre que se lo permitiera la práctica del fútbol. Nada más ficharlo a él y a Abidal, convertido recientemente al islam (igual que su compatriota y amigo Franck Ribéry).
Durante el Ramadán se ora cinco veces al día y el delantero maliense ha dado muestras de su religiosidad, como cuando se tapó la publicidad de su camiseta (el Sevilla está patrocinado por una casa de apuestas en línea) durante la Supercopa que ganó al Barça en el 2006.
Durante el Ramadán se ora cinco veces al día y el delantero maliense ha dado muestras de su religiosidad, como cuando se tapó la publicidad de su camiseta (el Sevilla está patrocinado por una casa de apuestas en línea) durante la Supercopa que ganó al Barça en el 2006.
Como podrás deducir los preceptos religiosos del Islam siguen vigentes en nuestra sociedad actual.
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