miércoles, 23 de septiembre de 2009
Tras la ejecución de Robespierre y de otros elementos jacobinos ("montañeses") la revolución se adentró en una fase moderada. Fue redactada una nueva Constitución, la de 1795, y se ensayó la fórmula del Directorio, así denominado porque el poder Ejecutivo quedaba en manos de 5 miembros (directores), en tanto que el Legislativo descansaba en dos Cámaras (Consejo de los Quinientos y el Senado). El hecho más significativo de esta etapa fue la llamada Conjura de los iguales( mayo 1796), impulsada por Babeuf, filósofo utópico que, aprovechando el descontento popular, intento derrocar el gobierno e instaurar un régimen de tipo comunista. Babeuf y sus principales seguidores fueron guillotinados el 27 de mayo de 1797.
Un militar de prestigio, Napoleón Bonaparte, se convirtió durante algún tiempo en el árbitro de la política, hasta que en noviembre de 1799 (brumario) decidió poner fin al sistema mediante un golpe de estado.
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