domingo, 5 de febrero de 2012
Era el nombre con el que fue conocido un guerrero medieval portugués, que algunas fuentes comparan con el Cid español. De origen desconocido, se piensa que pudo ser natural de Beira. En Coimbra, donde estaba la corte portuguesa, mató en desafío a un favorito del rey Alfonso Enríquez, por lo que, temiendo el castigo, partió para la ciudad de Evora, bajo control musulmán. Sempavor se estableció en Montemuro, a legua y media de la ciudad, donde levantó un castillo en el que recogía a los fugitivos. Con ellos formó un pequeño ejército mercenario, dedicado a asolar tanto tierras musulmanas como cristianas. Para congraciarse con su rey, pensó en tomar y entregarle la ciudad de Evora, cosa que hizo en el año 1165, según la tradición con quinientos veinticinco hombres a caballo y alguna infantería.
Posteriormente, atacó y ocupó las plazas de Trujillo, Cáceres, Montánchez y Serpa y llegó a sitiar Badajoz en 1169.
Fotos de Cáceres, Trujillo y Montánchez
Ante la imposibilidad de dominar sólo con sus fuerzas la ciudad, Geraldo pidió ayuda a su rey, y contra ambos se dirigió Fernando II de León -con ayuda almohade- para evitar que los portugueses cortasen la expansión de su reino y ocupasen plazas que consideraba suyas.
Vencido Alfonso de Portugal en Badajoz, tuvo que renunciar a esta plaza y entregar Cáceres al rey leonés. Geraldo Sempavor fue hecho prisionero y sólo recobró la libertad tras entregar al noble castellano Fernando Rodríguez de Castro, al servicio del rey leonés, las plazas de Montánchez, Trujillo, Santa Cruz y Monfragüe. A raíz de esta victoria, Fernando II se alió a los almohades como medio de mantener sus posesiones frente a Portugal.
A día de hoy el escudo de la ciudad portuguesa de Évora, mantiene en honor a este guerrero, su imagen en primer plano sobre fondo amarillo.
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